Durante el último mes no hice más que juntar preguntas. Gracias al trabajo y a mi vida personal, aparecieron en mi mente varias cuestiones que -quizás por primera vez- preferí evitar tratar de responder de inmediato, para ver qué pasa. Les comparto algunas para que, como siempre, se sientan libres de contarme qué piensan ustedes:
¿Las personas saben de qué color es un sachet de leche por dentro?
¿Por qué necesitamos hacernos los boludos de vez en cuando?
Si el embarazo fuese clasificado como una labor remunerada: sería trabajo calificado, mano de obra, o las dos cosas juntas?
¿Por qué nos parece un logro que un niño de 13 años emprenda profesionalmente de manera exitosa?
Los niños son niños, aunque los adultos no seamos siempre capaces de verlo.
El caso de José se parece en mucho al de Pierpaolo (fundador de Ualá) y si bien las diferencias entre ambas empresas son pocas, los casos terminan resultando abismalmente diferentes. Salvando las escalas, podríamos decir que el producto de ambos es casi idéntico.
Estas diferencias entre ellos, si me permiten spoilearles el final del pensamiento, tienen su raíz en las clases sociales de cada uno. Pero no quiero darle mucha vuelta al tema, si quieren saber qué pienso sobre los privilegios, acá esbozo algo al respecto.
Mi objetivo de hoy no es reflexionar sobre las oportunidades disímiles entre José y los otros niños de su edad, si no sobre el afán de compartir esta noticia en una red social dedicada al networking y a las conversaciones profesionales. Me crucé con esta noticia en LinkedIn, presentada con un espíritu celebratorio que nos enceguece ante la realidad más dura: estas iniciativas también son trabajo infantil. Un joven profesional no tiene 13 años: un individuo de 13 años es un niño. Y si bien no quiero enfocarme en la diferencia entre un niño como José y otro de clase acomodada, considero importante resaltar que en este caso específico, la iniciativa de José surge casi exclusivamente gracias al contexto socioeconómico desafiante del que proviene, en un país del sur global. No quiero que sea anecdótico el testimonio que cuenta José al enunciar los motivos que lo llevaron a educar sobre el ahorro entre sus pares. No quiero acostumbrarme al relato de un niño de 13 años que abre un banco, opera como punto recolector de basura y dedica sus horas de ocio a resolver los inconvenientes financieros de su poblado. No quiero celebrar que se estén ocupando los niños de una tarea que les corresponde a los adultos.
Y ojo, que esta situación de desigualdad en las infancias no es algo excluyente de países como el nuestro (o quizás hablar de “países como el nuestro” tenga su origen en el hecho de que admiramos desmedida y engañosamente a los USA). En New York, desde que se inauguró la pandemia y se cerraron los colegios, miles de chicos cuyos hogares (a veces refugios) no cuentan con acceso a internet, se vieron imposibilitados de continuar su aprendizaje a distancia. Muchos de ellos fueron vistos intentando acceder a conexiones públicas para así ponerse al día con las tareas.
Ojo, que en Buenos Aires pasó lo mismo, o bueno, pasó algo similar… Nuestro programa Conectar Igualdad seguirá siendo idílico mientras el acceso a internet no se garantice como un derecho humano, una medida que en este contexto parecería tener cada vez mas sentido.
Everything is a Remix (y me encanta).
Una de mis autoras favoritas (no tanto por su obra como por su biografía) dijo que:
Invention does not consist in creating out of void but out of chaos.
Y no podría estar más de acuerdo con ella. Soy una defensora a ultranza del caos, pues me permitió una cantidad de aprendizajes que el orden, me atrevo a determinar, jamás podría ofrecerme. No que no lo valore, pero el orden sirve para otras cosas.
Volviendo a los remixes, una fórmula que me encanta de la creatividad digital es la reinterpretación o reutilización de los recursos existentes. Hay miles de casos, si quieren más me piden por privado, pero hoy voy a compartirles este, porque es uno de los que les compartí previamente una entrega anterior:
Usaron WindowSwap para generar conciencia sobre la quema de bosques. 👏 😱
Me parece una idea cosmética, quiero decir: no creo que genere un crecimiento pronunciado en la difusión del problema, pero igual me parece un lindo uso y disfruto mucho de cuando una mente nos deslumbra detectando oportunidades donde uno, simplemente, siguió de largo. La muy conocida “sana envidia” A.K.A. “¿Por qué no se me ocurrió a mí?”
El otro día llegué a la siguiente (y humilde) conclusión: “cuando una red social la pega es porque un grupo encontró en ella el espacio y los recursos necesarios para decir lo que quiere y como quiere”. Sí, estoy hablando de los pendejos y TikTok. Y tengo dos evidencias (ah re, solo dos?):
Evidencia número 1: Agarraron “Hips don't lie” de Shakira pero en versión instrumental al mejor estilo medieval (el propio audio se llama “no tengo idea cómo esto se volvió viral”), un fondo de una pintura que representa la edad media, y con el característico sentido del humor nos tiraron en la cara ÉSA verdad, la más dura de todas: TU VIEJO ERA UN MACHISTA. Esta es para mí la militancia más efectiva: la que te incomoda sin la necesidad de usar un tono furioso.
Evidencia número 2: Cortesía de Inés Trenado (ponía créditos en el newsletter, ¿qué le pasaba?) y en respuesta a “Evidencia número 1”, tenemos a esta chica que se preocupa por cómo hacerles entender a los ¿adultos? que TikTok no es para tanto, que no hace falta todo eso, que solo necesitás una idea graciosa (en su sentido más literal, no que haga reír a carcajadas sino que esté dotada de cierta gracia), un uso creativo del medio y algo que decir, algo que te importe a vos. Generalmente las cosas que nos importan a nosotros les importan a otras personas también y así es cómo se van formando los grupos de pertenencia - que no es nada nuevo, vamos.
Crowdfundings que sí:
Hablando de encontrarle un uso creativo a los recursos tecnológicos, y para que vean que a todos se nos pueden ocurrir ideas piolas (incluso a los boludos que mandan fotos de sus miembros sin haber sido dichas fotos previamente solicitadas), en cuánto se masificó el envío de fotos entre dispositivos, se puso de moda enviar las famosas UDPs (Unsolicited Dick Picks).
Como alternativa de resolución a esta problemática, y viendo que lidiar con algunos masculinos puede ser más difícil que con otros, Kelsey se puso al hombro este proyectito:
La idea consiste en bloquear esas fotos a través de AI siempre que el propio filtro de la plataforma falle. Si alguno se siente con ganas de colaborar, puede mandar su foto por mensaje privado a https://twitter.com/showYoDiq ya que ahí están juntando las imágenes que usan para entrenar al algoritmo.
Tomá se te cayó: 🍆
We're running out of time.
Me olvidaba, tengo otra pregunta ¿qué hábito o actividad ya no disfrutás gracias a que “tenemos cada vez menos tiempo”? Puede ser: ver un video sin la necesidad de adelantar hasta la parte que te interesa, u observar cómo se hace el café mientras lo estás preparando, en lugar de dejarlo en segundo plano mientras scrolleás en el teléfono.
Retomo las preguntas que me hago al comienzo de esta entrega. Me enteré hace poco de que envasar la leche en sachets parece, para otros países, algo muy extraño, aquí una nota al respecto. Pero mi pregunta apunta a si sabemos/saben cómo es por dentro un sachet, ya que saberlo indicaría que se ocuparon de limpiar ese pack para su posterior reciclado. Esto me surge solo por el afán de pensar las preguntas que me lleven a las respuestas que necesito obtener, evitando ser directa. Lo hago así porque a veces tendemos a “adornar” nuestras respuestas, otro tema de debate en el trabajo de las últimas semanas. Y adornamos las respuestas porque (como pasa con las feministas de TikTok) algunas verdades estaban muy nerviosas cuando las mataron, as in “son más difíciles de masticar”. Lo mismo que pienso que pasa con José, no nos gusta ponernos a reflexionar sobre lo mal que está todo, es más conveniente referirnos a él como el prodigio que fundó su primera empresa a los 14 años; entonces encontramos maneras de contar la verdad que no sean necesariamente una mentira pero que permitan mirar únicamente lo que podemos procesar o tolerar de la historia que queremos contar.
Algo me dice que en el fondo, de lo que verdaderamente queremos hablar, es de aquello que no mostramos.
En fin.
Muchos me dijeron que mis mails van a parar a cualquier casilla menos la inbox, generalmente a la de Promociones. Lamentablemente no tengo ninguna promo para ofrecerte, lo único que puedo hacer es pedirte que si leíste este mail y te gustó, lo muevas a tu casilla principal, y/o lo marques como "not spam” para que el próximo te llegue derechito y sin escalas.
¿Nos vemos la próxima, babies?