Al fin estoy en condiciones de sentarme a escribirles. La rutina sirve para muchas cosas, entre ellas, chuparse la energía creativa de algunas personas, la mía por ejemplo. Pienso que la gracia de decidir crear un newsletter es poder decidir cuándo lo mando y cuándo no, por más caprichoso que pueda parecer. He recibido algún que otro reclamo de mis más fanáticos lectores (son como cuatro!) y en lugar de sentirme en falta, expliqué: “cuando pueda, vuelvo", casi como un experimento de resistencia a la presión (y no cualquier presión sino la de “deberse a un público").
pero mando uno más, antes de que termine el año
pero mando uno más, antes de que termine el…
pero mando uno más, antes de que termine el año
Al fin estoy en condiciones de sentarme a escribirles. La rutina sirve para muchas cosas, entre ellas, chuparse la energía creativa de algunas personas, la mía por ejemplo. Pienso que la gracia de decidir crear un newsletter es poder decidir cuándo lo mando y cuándo no, por más caprichoso que pueda parecer. He recibido algún que otro reclamo de mis más fanáticos lectores (son como cuatro!) y en lugar de sentirme en falta, expliqué: “cuando pueda, vuelvo", casi como un experimento de resistencia a la presión (y no cualquier presión sino la de “deberse a un público").